Isabelle
se removió nerviosa en su cama, mientras su mirada se clavaba en la
chica. Después del ataque de aquel demonio, Dave, el chico que la
haba salvado, cogió a Isabelle y a Pattie, la chica que se hallaba
inconsciente en el callejón, y las había arrastrado hasta la puerta
del Instituto, donde Jace haba llevado a su hija hasta la enfermera.
Isabelle haba despertado horas después, tras sufrir un desmallo a
causa del estrés. Al abrir los ojos se encontró con el hermano
Zachariah examinando a Pattie. Según el Hermano Silencioso, la chica
haba sufrido una picadura de aquel monstruo, por lo que no se sabía
cuando iba a despertar, ni siquiera, si iba a hacerlo algún día.
Isabelle contempló la expresión de suma tristeza cruzando el rostro
de Dave mientras el Hermano Zachariah hablaba. Después de dirigirle
una mirada sombra a Dave, Jace y el Hermano Silencioso abandonaron la
enfermera dejando solos a Isabelle, Dave y Pattie.
Isabelle
abrió la boca un par de veces con la intención de decir algo para
consolar a Dave, pero ¿que se le dice a alguien que no sabe si
volver a hablar con su hermana?
Al
final fue Dave el que habló.
—Deberías
descansar, te has dado un buen golpe en la cabeza.
—No,
estoy bien.
—Bueno,
tu eliges. Es tu salud —dijo con una sonrisa asomando por sus
labios. Isabelle no se había fijado muy bien en el, pero tenía que
reconocer que era realmente guapo. No era ese tipo de chicos con una
belleza tan obvia, si no más bien una belleza contenida. Su pelo
moreno claro, casi podría pasar por rubio oscuro, le caía sobre
los ojos; unos ojos grandes y grises con largas pestañas. Si te
fijabas bien, en sus mejillas parecían pequeñas pecas que le daban
el aspecto de un niño grande. Levaba una sudadera la cual parecía
unas tallas más grande de lo normal, y unos baqueros desgastados y
rotos por las rodillas. Isabelle se preguntó donde narices
guardaría aquel chico las armas.
—Oye...—Isabelle
apartó la vista rápidamente en cuanto Dave comenzó a hablar—.
He perdido el ultimo cuchillo serafín que me quedaba y...bueno, me
preguntaba si podrías dejarme uno. No me gusta ir desarmado.
—¿Que?
Oh, por supuesto, iremos a la sala de armas. —Isabelle se
incorporó de la cama y al sacar las piernas de la cama se percató
de que estaba en ropa interior. Dave enrojeció notablemente y salió
de la estancia dando grandes zancadas y susurrando algo que sonaba a
una disculpa.
Isabelle
se levantó y quitó la sabana de la cama, con la que se cubrió el
cuerpo. Después fue hacia su habitación, y después de darse una
ducha y vestirse, partió en busca de Dave.
Después
de dar vueltas durante casi 15 minutos, Isabelle entró en la
biblioteca con la esperanza de encontrar a Dave. Pero en lugar del
muchacho, se encontró con una cara conocida, la cual se sorprendía
mucho de ver.
—¡Tío
Magnus! —Isabelle se lanzó a los brazos del brujo. — ¿Que haces
aquí? ¿Alec también ha venido?
—Me
ha llamado tu padre. Me ha dicho que han traído una chica con una
fuerte picadura venenosa de algún tipo de demonio, y ha pensado que
podría intentar curarla. Y dado que hace tanto tiempo que tu tío y
yo no pasábamos por aquí, hemos decidido venir a haceros una
visita, y ayudar en lo que podamos.
—Pero
tío Magnus, tu ya no eres...
—No,
pero sigo teniendo contactos pastelito.
—Tengo
que ir a buscar a...un amigo.
—¿Ese
chico tan mono que acaba de estar aquí hace un rato?
—¿Sabes
donde ha ido?
—Me
preguntó donde estaba la sala de armas, así que prueba a buscarle
allí.
—Muchas
gracias.
Isabelle
salió apresuradamente de la habitación y se dirigió a la sala de
armas, donde por fin, encontró a Dave, el cual, se volvió a
sonrojar levemente al verla.
—Te
estaba buscando...¿Donde te habías metido?
El
chico vaciló antes de responder.
—Estaba
buscando la sala de armas, por lo del cuchillo serafín, ya sabes.
—Ah,
claro.
Ambos
se sumieron en un profundo silencio mientras Dave recogía uno de los
cuchillos serafines y le daba el nombre de un ángel.
—Oye...—
Isabelle titubeó—
¿Te puedo hacer una pregunta?
—Claro.
—¿Como
sabías donde estábamos? Es decir, cuando bajé a socorrer a Pattie
miré por los alrededores para comprobar si había alguien, pero no
había nadie en varias calles cercanas.
—Bueno,
supongo que tuve suerte — dijo Dave con los ojos entreabiertos—
. Me voy a la enfermería. Quiero estar allí por si Pattie
despierta.
Y
se marchó.
Después
de cenar, Isabelle había pasado por la enfermería para llevarle
algo de comer a Dave, ya que este se negaba totalmente a dejar sola
a su hermana. Isabelle le miraba con tristeza, y la idea de que
aquella chica nunca despertaría paso fugazmente por su cabeza,
aunque desechó totalmente esa idea.
Ahora
se encontraba en su habitación, tumbada sobre la cama. La tenue luz
de la luna que se filtraba por la ventana le iluminaba el rostro. Se
sentía totalmente incapaz de dormir, debido a todos los
acontecimientos de aquel día. Pero lo que en realidad no le dejaba
dormir era un extraño pensamiento que no hacía más que rondar sus
pensamientos: Que era Dave quien había planeado el ataque. Y que
ella era el objetivo.
Woooo! Él el atacantee???? :O Pero entonces su hermana sería la compinche?? :S
ResponderEliminarQuierooo el tercer caap YA!! *__*
Mm! Vaya final nos dejaste D: Quiero leer Naza *¬*
ResponderEliminarPublica pronto, okey?:D
<3
Tranquilas señoras, estoy en ello jaja <3
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